lunes, 15 de septiembre de 2014

El origen

El origen



Técnica: Para este trabajo utilice cartulina, vinilos, marcadores y colores.

Comencé con un boceto, el cual fui perfeccionando a lo largo de las clases y con lo que se me iba ocurriendo para luego plasmarlo en la cartulina. En ella comencé dibujando a lápiz, como si fuera otro borrador, luego cuando me gusto el resultado lo pinte con vinilos de diferentes colores, colores que representaran cada objeto que en el dibujo se muestra; los detalles pequeños los pinte con colores para que no me fuera a quedar mal y por ultimo cuando todo estuvo pintado a mi gusto, reteñí los bordes con un marcador negro. Para finalizar, decidí pintar lo que sobraba de la cartulina con vinilos verde y naranjado utilizando la técnica de puntillismo. 


La historia de la filosofía: Este dibujo representa toda la historia de la filosofía, primeramente encontramos el cuerpo de la mujer como muestra de feminismo encarnado en un árbol, ya que este representa el crecimiento de toda persona; además del dualismo descrito por Platón en el mundo inteligible y el sensible, donde el sensible seria el tronco, que todo lo ve, que es estático y recto y el mundo inteligible representado en las ramas que es de donde desprenden nuestras ideas, sentimientos y emociones y las hojas que serían nuestros frutos recogidos en toda la historia. La cabeza de la mujer, es el mundo en sí, el origen de la naturaleza y del hombre, está rodeada de signos de pregunta, que representan la duda concebida por Descartes, quien hizo un método usando la duda como única cosa verdadera. Él creía que todos los sentidos nos engañaban y que lo único de lo que estaba seguro era de que estaba dudando y es de allí de donde parte una reflexión: si estoy dudando, entonces pienso, y si estoy pensando, entonces existo.

De las ramas del árbol, cuelgan los símbolos más representativos de la filosofía en todas las épocas de la historia, por ejemplo: está el dibujo de los cuatro elementos concebido por Empédocles, quien los asemejaba con el hombre diciendo que la salud consiste en cierto equilibro entre ellos, donde el conocimiento es posible porque lo semejante conoce lo semejante; por el fuego que hay en nosotros, conocemos el fuego exterior y así con los demás elementos. 

También encontramos un bombillo, el cual simboliza la luz de la razón concebida por Kant, quien fue el máximo representante de la ilustración y su más célebre frase es: “¡ten el valor de servirte de tu propia razón!”.

Esta también, una paloma, que mira hacia arriba y aspira volar, lo cual significa el alma, que vive encarcelada en el cuerpo, este es de naturaleza material y en cuanto tal, pertenece al mundo de lo sensible, el alma por su parte es de naturaleza espiritual y procede del mundo de lo inteligible. Lo propio del alma, no es estar pues, junto al cuerpo; su lugar natural es el mundo inteligible. Por eso, mientras permanece unida al cuerpo, anhela librarse de los brazos que lo atan a lo sensible y retornar a su origen primitivo. De manera que este símbolo también representa la muerte, porque el alma siempre va en busca de librarse del cuerpo para volver al mundo inteligible y esto se alcanza por medio de la muerte.

Igualmente, están los dibujos de la cruz y el triangulo con el ojo “que todo lo ve”, que representan no solo la iglesia, sino también el pensamiento “teocentrista” que se tenía en el Medioevo y que se oponía profundamente al nuevo planteamiento “antropocetrista” que se le daba al mundo y que le daba un giro de 180 grados a todo lo creído hasta ese momento.

Por último, la parte de arriba del dibujo es toda verde, lo que representa la naturaleza y las hojas de las ramas, que son nuestros frutos como seres humanos, y la parte de abajo es toda naranjada, que representa dos cosas: la primera, que es el infierno en el mundo terrenal, donde están los pecados y las tentaciones plateadas por Fernando González y el fuego como arjé para Heráclito, quien explica que todo fluye y cambia, lo único que se mantiene intacto es el propio cambio. Además, todo está en eterno conflicto, una interminable tensión que, a pesar de sonar contradictorio, mantiene una armonía. Para Heráclito el fuego, es un elemento que está en cambio en todo momento y con el cual uno puede cambiar otros elementos, es decir, el fuego representa a la perfección.

Maria Camila Bueno 11B

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