martes, 1 de abril de 2014

Nicolás Maquiavelo



Nicolás Maquiavelo (Nicolo Machivelli, 1469 – 1527)

Fue por mucho tiempo secretario de la cancillería del estado de Florencia (Italia), durante el gobierno de los Médicis, a quienes dirige su crítica política. Maquiavelo fue un patriota, un nacionalista que quería ver a su patria libre de la decadencia dada por la Iglesia y la mala administración de él. Maquiavelo se considera el primer Teórico Político Moderno (Renacimiento)

 Con Maquiavelo y su obra “El Principie” surge el nuevo concepto de “Estado y Estado de Fuerza”. Italia gobernada por papas y extranjeros ha perdido su orgullo nacional ¿qué hacer? Se necesita un príncipe con poderes ilimitados, decía. Él trata delicadas cuestiones, como la separación de la Iglesia y Estado; y Moral y Política (“El príncipe no debía ser necesariamente una buena persona para gobernar bien”), y crea la República de Estado (divide el territorio en principados) – Maquiavelo considera que el núcleo de la sabiduría estatal, es el Realismo Político (El obrar político no es lo que debe ser, sino lo real, lo efectivo). Su método es básicamente un juego de fuerza de las pasiones humanas. Maquiavelo recomienda medios inmorales y fines igual al obrar político práctico. 

 Entonces ¿Qué características debe tener ese príncipe para gobernar bien? El las da en las reglas fundamentales de la política: El príncipe debe saber luchar, aprender a ser despiadado y cruel, a mentir y faltar a su palabra, y a estar preparado para violar las leyes morales/religiosas cuando convenga, todo esto por el bienestar de la nación. El príncipe debe aprender a aparentar piedad y mansedumbre, pero ojo, solo aparentar; y no puede tomar soluciones a medias: bien y mal. 

 De Maquiavelo se aprendemos entonces el término “Maquiavélico” (Astuto, falso, traidor, hipócrita), la cosa es que este hombre no era así, solamente quería el bienestar de su pueblo a toda costa. Schopenhauer decía que él nos dio una lección ética, nos enseñó que “Todos los hombres son malos”, de modo que debemos estar avisados a las mafias de las sociedades (“El mal solo puede ser combatido con mal”). Por otra parte, muchos de los grandes políticos de la historia, incluso muchos de los actuales han optado por su teoría del Estado de Fuerza. Hitler, por ejemplo dijo que no fue hasta leer el príncipe que abrió los ojos sobre la recta política de su país.

¿Tendremos en la actualidad Estados de Fuerza? Por supuesto, hacemos parte de uno, incluso. Esta falta de moral se aprecia sobre todo en los comportamientos de las supuestas democracias, y  en política exterior. Ejemplos tan simples como Estados Unidos y su carrera por expandirse sin importar los medios; Venezuela implantando el miedo y la negación a la protesta por la violación de sus derechos; Colombia reeligiendo a los inmorales a cargos representativos, y trayendo armamento como si fuese comida.  El problema es que vivimos en una sociedad meramente inmoral, donde “no se puede gobernar de una forma moral”

Por: Julissa Rodríguez Jiménez



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